martes, 7 de diciembre de 2010

CLAUDE MONET (1840-1926)

Claude Oscar Monet; nació en Giverny,  París, Francia en 1840, figura clave del movimiento impresionista. Sus inclinaciones artísticas nacieron del contacto con Boudin en Le Havre, y las excursiones al campo y la playa durante su adolescencia orientaron el posterior desarrollo de su pintura.
Después del servicio militar en Argelia, regresó a París, donde en el estudio de Gleyre conoció a jóvenes artistas como Renoir, Sisley y Bazille, y en el popular café Guerbois contactó con un grupo de intelectuales, literatos y pintores como Zola, Nadar, Cézanne y Degas, que junto con Manet comenzaba a oponerse al arte establecido.
La pintura rápida como las pochades o études era, en aquella época, del agrado de la sociedad siempre que ésta se circunscribiera al tema del paisaje en pequeño formato. La temprana obra de Monet, La costa de Sainte-Adresse (1864, Institute of Arts, Minneapolis), recuerda a su iniciador Boudin, pero adquiere mayor alcance al aplicar la pintura directa a temas y formatos de mayor complejidad y tamaño.
La Costa de Sainte-Adresse 

Similar innovación puede apreciarse en Mujeres en el jardín (1866, Museo de Orsay, París), obra rechazada en el Salón de 1867, en la que tres mujeres se divierten en el campo bajo un sol tan intenso que sus vestidos alcanzan el blanco en estado de gran pureza, con escasas modulaciones intermedias y marcadas escisiones entre las zonas de luz y sombra. La instantaneidad de la escena se pone de manifiesto tanto por la precisión luminosa del momento como por el dinamismo de las figuras, correteando y girando caprichosamente alrededor de un árbol. Con esta ambiciosa obra, Monet se aleja del tratamiento tradicional que hasta entonces se dio al retrato -el retrato de su primera mujer, Camile, había sido ensalzado por Zola en el Salón de 1866- y se inclina por la integración de las figuras en la naturaleza. 

Mujeres en el Jardín

Los serios problemas económicos y el nacimiento de su hijo ilegítimo, Jean, en 1867, condujeron a Monet a vivir una época de hambre y pobreza extremas, así como a un intento frustrado de suicidio. Durante la contienda franco-prusiana, el artista se refugió en Inglaterra, donde conoció a Pissarro y obtuvo el apoyo económico y la amistad de Paul Durand-Ruel. Allí se interesó mucho por la obra de Turner, que tanto influiría en su percepción de la luz y el color. Según Monet, el pintor que se coloca ante la realidad no debe hacer distinciones entre sentido e intelecto.

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