lunes, 6 de diciembre de 2010

Arte Moderno

Desde mediados del siglo XIX han surgido una multitud de tendencias y movimientos más o menos estructurados. La postura innovadora de los artistas de este periodo produjo una apertura de las delimitaciones o fronteras del ámbito artístico que condujo, en algunos casos a la desaparición de los rasgos inherentes a lo propiamente artístico.

Las primeras obras del arte moderno se corresponden a los movimientos romántico y realista. Más tarde, se empezó a jugar con la luz y el espacio, a través de la pintura y el color, lo que dio lugar al impresionismo y posimpresionismo.

Unos años antes de la Primera Guerra Mundial, se desarrollaron los movimientos del cubismo, el fauvismo, el expresionismo y el futurismo. Más tarde vino el surrealismo.


A partir de los años 50 y 60 fueron apareciendo otras formas de expresión del arte moderno como el expresionismo abstracto, el pop-art y el minimalismo.
El arte moderno puso de manifiesto que la deformación de los objetos que se representaban no era involuntaria, sino deliberada, artística, buscada con el fin de satisfacer cierta concepción poética de las cosas.
El sacrificio de la razón, este irracionalismo es lo que el arte moderno ha hecho valer por encima de las normas tradicionales.
Ninguno de los irracionalismos de los artes anteriores, de carácter místico, popular o tradicional lo era por completo ya que siempre estuvieron ligados a alguna forma de la significación, es decir, al entendimiento.
En el irracionalismo del arte moderno no hay sitio para ninguna clase de significación, se trata de un irracionalismo objetivista. Esto significa que considera la irracionalidad como una propiedad esencial del objeto y no como un defecto interior de la conciencia. A esta concepción debe el arte moderno su carácter profundamente revolucionario.

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