Pintor español, nació el 20 de abril de 1893 en Barcelona, estudió en la Escuela de Bellas Artes y en la Academia Galí. Sus obras recogen motivos extraídos del reino de la memoria y el subconsciente con gran fantasía e imaginación, y que se hallan entre las más originales del siglo XX.
Retrato de niña, 1919 | Su obra anterior a 1920 muestra una amplia gama de influencias, entre las que se cuentan los brillantes colores de los fauvistas, las formas fragmentadas del cubismo y las bidimensionales de los frescos románicos catalanes. En 1920 se trasladó a París, encontrándose con Pablo Picasso, donde, bajo la influencia de los poetas y escritores surrealistas, fue madurando su estilo. |
Miró arranca de la memoria, de la fantasía y de lo irracional para crear obras que son transposiciones visuales de la poesía surrealista. Estas visiones oníricas, como El campesino catalán de la guitarra, El carnaval del arlequín (1925) o Interior holandés (1928), a menudo comportan una visión humorística o fantástica, conteniendo imágenes distorsionadas de animales jugando, formas orgánicas retorcidas o extrañas construcciones geométricas.
Retrato IV, 1928
Las composiciones de estas obras se organizan sobre neutros fondos planos y están pintadas con una gama limitada de colores brillantes, especialmente azul, rojo, amarillo, verde y negro. En ellas se disponen sobre el lienzo, como de modo arbitrario, siluetas de amebas amorfas alternando con líneas bastante acentuadas, puntos, rizos.
Carnaval Arlequín, 1925
Autorretrato
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